La situación en Georgia está muy difícil por los habitantes de las dos regiones de Abjasia y de Osetia del Sur. Prácticamente todos los días, se produje accidentes, según el diplomático francés Pierre Morel, representante de la Unión Europea. El último caso provocó la muerte de tres personas. El otro problema es el riesgo de limpieza étnica que está ahora una perspectiva posible. Amnesty international considera que más de 20 000 georgianos no pueden volver a casa y que según Nicolas Duckworth, Director del programa Europa y Asia Central: "hay a lo largo de la frontera de facto entre Osetia del Sur y el resto de Georgia una zona de sombra donde la gente vengan de sus riesgos y peligros (...). Se indicaron algunos saqueos, tiros, explosiones y retiradas durante las últimas semanas".
Así, los problemas de seguridad en la zona están de todo una actualidad. La última reunión en Geneva intentaba de dar una solución enviando una misión de la UE, de las NU y de la OSCE para evaluar la situación de las personas desplazados y refugiados. Pero no significa que esta misión sería capaz de arreglar las dificultades de seguridad.
Más allá del dilema de la inseguridad, hay que considerar la incertidumbre relativa al futuro de las dos regiones. No es posible de predecir si podrían acceder a la independencia o deberían estar parte de Georgia. La reunión del 19 de noviembre pasado trajo ninguna clara explicación. Las diferentes partes reconocían solo que la situación en el país esta dramática.
Las relaciones se complican más y más entre los dos países. El presidente Georgiano Mikhaïl Saakashvili atiza el fuego, acusando Rusia de tirar sobre el convoy presidencial a proximidad de la frontera de Oseta del Sur. Su intención es de alertar la comunidad internacional y sobre todo la Unión Europea, de que Rusia se comporte como el protector de las dos regiones. Para él, no hay que ilusionarse sobre la actitud del gobierno ruso.
Pero, se parece que la Unión Europea no desea y no puede comprometerse en una relación de confrontación con la Rusia. La hora está al apaciguamiento; encarnado en la organización de una reunión algunos días antes de la encuentro entre Georgia y Rusia para discutir del proyecto de un pacto de seguridad paneuropeano; encarnado en el discurso de Dimitri Medvedev que se sintoniza con la opinión de los principales dirigentes europeas concerniente la crisis financiera; encarnado también por el mantenimiento de las relaciones económicas entre los dos partes, sabiendo que Rusia está el tercer socio comercial de la UE.
Así, los acuerdos comerciales se multiplican entre Rusia y Francia, cuya el Presidente Nicolas Sarkozy esta hasta la fin del ano Presidente de la UE, y fue durante la crisis georgiana el principal actor encargado de la resolución del conflicto. Por ejemplo, Rusia eligió la firma francesa Total por la explotación con Gazprom de un yacimiento de gas en el Mar de Barents.
Rusia está en una posición muy favorable, y alcanzo sus objetivos que han determinado la guerra en Georgia. No quería la entrada de este país y de Ucrania en la OTAN. Es por parte eso que decidía de enviar tropas militares en Osetia del Sur y Abjasia para disuadir los EEAA y los otros miembros del OTAN. Quería que las grandes potencias tomen en cuenta su punto de vista y es exactamente lo que están haciendo.
Y ahora, puede justificar más su acción porque en Osetia del Norte que tiene una frontera común con la Osetia del Sur, la estabilidad esta en peligroso. El último ejemplo es la muerte en un atentado del mayor de Vladikavkaz, capital de la región, Vitali Karaïev. Este accidente permitiría a el gobierno Medvedev de aumentar si necesario sus tropas militares usando el pretexto de la protección de los habitantes.
Es en este contexto muy difícil que se prepara la próxima reunión entre los dos partes previsto entre el 17 y el 18 de diciembre. Los diferentes actores tienen menos de un mes para tranquilizar las relaciones y evitar que la crisis se transforma en un conflicto potencial en la región del Cáucaso.